El Tratamiento térmico consiste en aplicar calor hasta alcanzar la temperatura «target» por convección, conducción y radiación que causa la muerte del insecto en todas sus fases, sin causar daños a personas, maquinaria e infraestructuras. El calor mata por desnaturalización de las proteínas y enzimas esenciales para la supervivencia y desarrollo del insecto, o simplemente deshidratación o «stress por calor» pueden también ser la causa, con lo que se consigue destruir todas las fases del insecto (huevo, larva y adulto), en comparación con los tratamientos químicos y con gases que sólo actúan sobre la fase adulta del insecto.
Además el sistema alcanza la temperatura necesaria para esta eliminación sin causar daños colaterales y sin dejar productos tóxicos residuales. Las temperaturas idóneas y el tiempo de exposición a la temperatura a alcanzar son una condición indispensable para el éxito del trabajo.